Wednesday, May 27, 2015

La maravilla y sus estilos

A mí, por lo general, no me gusta García Márquez, aunque sea un genio del discernimiento del arquetipo. Pero si una no retuerce, agujerea, difumina, en fin, maltrata por algún medio el arquetipo después de discernirlo, el arquetipo le controla a una la mente mediante la oficialidad (el arquetipo se petrifica, se monumentaliza) o mediante lo subliminal (se disneyfica). Cien años de soledad se monumentaliza a sí misma mediante la repetición de variaciones que tejen una historiografía mitológica - y esto es potencialmente chévere porque recrea el placer de los cuentos de hadas mientras decoloniza la Historia, sustituyendo la progresión por la repetición y la línea por el círculo.

El problema, para mí, es un uso zalamero de la maravilla. Again, la maravilla y el milagro son subversivos en sí, porque desechan la lógica de la causalidad y literalizan (presentan en sus propios términos, sin interpretaciones) esta puta realidad. El problema no es la maravilla sino el estilo que se emplea al contar la maravilla. Lo real maravilloso lo lleva a una a un standby, un shock que impide que pensemos o vayamos más allá. Esto puede emplearse para una comprensión de lo irresoluble y contingente, de lo incomprensible que es este mundo. El problema es cómo pronunciamos el adjetivo "incomprensible", si lo hacemos al grito, interpelando (¡eh, tú!), advirtiendo de un bache en la carretera (cuidado!) o cuando sentimos algo inesperado de repente (quítamelo!). O, a lo García Márquez, se puede pronunciar dulcemente, ronroneante, demorándose en el placer de cada consonante líquida (incomprrrensibllle), en una seducción sensorial envolvente que la hace a una pensar de manera somnolienta "pues tampoco estamos tan mal, la vida es bella, qué se le va a hacer ".

Yo digo que, en este sentido, la manera de relatar de García Márquez es existencialmente conservadora. Tampoco le faltarán virtudes o hallazgos, pero no seré yo quien las enumere, porque es que a mí no me gusta García Márquez. Y aún así, estoy totalmente de acuerdo con él en que el hielo es un espectáculo.

Aquí les dejo con unos fragmentos del poeta colombiano X-504.


Por nombre Roy

I
Dos veces repetí el mismo viaje y dos veces me sucedió exactamente lo mismo:
(...)
Solo corríamos y corríamos hasta que, sonrosado y jadeante, 
se dejaba caer a la sombra de su perro preferido,
asomando entre sus dientes un pétalo rojo de tulipán.

III
(...) 

pero ya el bus había partido un minuto antes, por lo que me era necesario comenzar el camino a pie, 
dando un gran rodeo por la carretera de circunvalación, donde están instalados los depósitos de hielo,
cuyos tanques de cristal cortan a trechos los bancales de la carretera
y contra los cuales uno puede poner la mano para que se le enfríe,
o hacer reflejar los ojos y en fin, por cuyos bordes uno puede pasear mirando las brillantes superficies y el halo verde de las orillas,
olvidándose de regresar a la ciudad, pues en cualquier parte donde nos encontremos ya hemos 
llegado.

X-504, Poemas de la ofensa

Friday, February 6, 2015

Traducciones de The Tranquilized Tongue, por Eric Baus

Aquí les dejo algunas de mis traducciones de los nuevos poemas de Eric Baus:

LAS VOCALES INVISIBLES
El río destiló cielo azul de las entrañas de cisne. Las rosas corales cristalizaron el pecho del cartógrafo. El harpa quebrada anuló el oído infinito.

LA HÉLICE ENCRIPTADA
Las constelaciones se cruzaron. Los nombres de todos los animales se pusieron del revés. Las letras iban a la deriva. El trigo sujeto ardía. La palabra empuñada se convirtió en precipicio consumado.

EL CISNE INUNDADO
Los fluidos ornamentales de la fluorescente serpiente real iluminaban el vértigo de una flor desplegándose.


Wednesday, January 7, 2015

Mildred Pierce



At this time of night
everything falls into its place.
The lamp rests between the dead body and its arm
carving a shadow mask.
The gift is dropped into the trash can
the glass breaks on the floor
replacing the lingering word.
The lovers exchange their cliches-
the sound of the needle when the record is over.
I know, I know, I should have been a boy.
It's just some lipstick, mother.
Mother traveled -but not far enough.
What great hopes we had, she said
while reaching for a gun.
It seems to me if you're buying anything
it should be the best.
Please let's not talk about it:
He didn't love you.
It was me all along.

Friday, December 26, 2014

Mapa hacia las estrellas de David Cronenberg



Toda psicoterapia que muestre rasgos psicoanalíticos nos ofrece una temporalidad en la que el pasado intrusiona de manera intermitente el presente, redirigiéndolo hacia una narrativa mitológica que enuncia en clave trágica su eterna repetición. Esto es, el paciente debe enfrentarse a (ponerse en frente de) su pasado y resolver el misterio de su propio trauma invocándolo hacia el presente. Debe viajar en el tiempo para sustituir el yo de antes, que de alguna manera falló en vivir su presente, por el yo de ahora, supuestamente más sabio y capaz. El trauma no cesa de regresar al futuro, el mismo pavor reconfigurándose en nuevas situaciones. El proceso de la terapia es una historia de fantasmas: el fantasma y el trauma funcionan igual, mediante proyecciones: apariciones en la noche de la incomprensión de lo sucedido. El fantasma siempre reclama algo a los vivos, de ahí la narrativa común de necesitar la ayuda de un vivo -el yo presente- para resolver un asunto pendiente.

Aunque el terapeuta, Stafford, sea un gurú new age amante de mantras y fórmulas, y aunque la paciente, Havana,  sea una actriz narcisista y consentida enfrentándose a la mediana edad, nos encontramos ante un relato victoriano en el que remordimiento, rencor y dolor deben figurarse, hacerse figuras.Ya sea en fuerzas naturales que resuenan como símbolos, ya sea en los ecos constantes que asolan el castillo de la familia: la hija que debe simultáneamente escapar de y convertirse en la madre, la pareja de hermanos transformada en su reverso (el del matrimonio), y en el acorde más victoriano de todos: el repudiado, ya sea el hermano deforme encerrado en el sótano o la esposa loca recluida en el ático -el personaje (¿protagonista?) de la heroína Agatha es una tristísima y preciosa combinación de ellos.

Maps to the Stars es una película de horror y un drama familiar, además de una reflexión metacinemática sobre el mundo de Hollywood. También es una muy cómica (por extremadamente realista) sátira de una determinada clase social (productora de entretenimiento de consumo) y sus muchas enfermades, a las que todos quedamos expuestos a través de la cultura de masas. Quizás el momento que capta mejor nuestro zeitgeist (aunque se pueda decir esto casi de cada escena en la película) sea Havana practicando la posición de loto mientras aúlla de dolor.

Friday, October 3, 2014

Sucumbe

Somos para el diablo lo que los maniquíes para nosotros. / We are to the devil what mannequins are for us.

Sunday, December 29, 2013

La gran belleza



La grande belleza (Paolo Sorrentini) abre con una cita del desbordante Viaje al fin de la noche de Céline. Viajar es muy útil porque nos pone la imaginación a trabajar, el resto es engaño y dolor. Nuestro viaje es completamente imaginario, y en ello reside su potencia. Así comienza una película cuyo recurso formal más recurrente es el travelling, que aparece con una frecuencia y una intensidad fatigante, y que corresponde a, entre otras muchas cosas, a la temática del turismo vital, de vivir la vida como un turista. Jep Gambardella, esteta y juerguista, tiene sesenta y cinco años y no ha salido de Roma en treinta años (ni ganas), pero vive con la intensidad de un corto viaje y con la frívola tansitoriedad de un visitante -acariciando todas las superficies con sus sentidos a la caza de un recuerdo o souvenir lo suficientemente hermoso como para traérselo de vuelta a una patria y una vida cotidiana de la que carece. Gambardella pertenece al club de Bartleby de Vila Matas, a la estirpe de los escritores del silencio: tras escribir una novela fulminante en su juventud no volvió a escribir. Su búsqueda de la belleza lo condujo a un hedonismo lujoso y festivo del que ha hecho su método y su ética, un placer que inesperadamente se le agota. Los planos suponen preguntas sobre la sensualidad y sus posibles transmutaciones. ¿Qué ocurre en el reverso del lienzo mientras se está pintando? ¿Cómo se percibe al viandante resguardado cuando uno se encuentra calado hasta los huesos? Preguntas y planos vertebrados por un montaje preciosista que crea una coreografría barroca, abocada al exceso, como las vidas de los personajes. Lamentablemente, aunque tan sólo hacia el final, cierta espiritualidad algo tradicional aparece disfrazada de destino, mientras las elecciones musicales se vuelven redundantes y una interesantísima estética de la grotesquidad deviene en un ingenuo realismo mágico. Aún así, una potentísima defensa de la imaginación, del truco barroco y del ilusionismo perdura hasta el final, que por supuesto es tan sólo y nada menos que un comienzo.


Sunday, September 22, 2013

El mito de la institución. El camino de Ida (SPOILER ALERT)



La última novela de Ricardo Piglia, El camino de Ida (2013), deviene un relato policial en el que los asesinatos de mentes excepcionales conducen al genio Thomas Munk, profesor de matemáticas en Berkeley que consigue evadir al FBI durante los veinte años en los que actúa como terrorista ecológico, frenando avances tecnológicos de dudosa moral con medidas extremas. Cuando finalmente es detenido al ser traicionado por su hermano, Emilio Renzi, profesor visitante en la Universidad de New Jersey, protagonista y amigo de una víctima, va a visitarlo a la cárcel. El médico residente del penal le dice a Renzi que "una prisión de alta seguridad en los Estados Unidos es una institución compleja, quizá la más compleja forma de vida social que uno pueda imaginar (...) En realidad, es un laboratorio experimental de la conducta de los hombres en condiciones extremas." La institución como laboratorio experimental nos remite a dos predecesores, uno es la noción que aparece en la propia novela de la universidad como caldo de cultivo de ideas radicales que luego se popularizarán en el mundo real, afectando a la población. El otro, no mencionado en la novela, es Charles Manson. En una entrevista de 1972 desde la celda número 13 del corredor de la muerte, Manson equipara la sociedad con el primer plano de la mente, la vida consciente, mientras que las cárceles son "think chambers" (recámaras del pensamiento), el segundo plano o plano subconsciente en el que nacen las ideas que más tarde encontrarán su expresión en sucesos que ocurren en el "mundo libre". (Manson también piensa que no le hace falta matar a nadie porque sucede con tan sólo él pensarlo, lo que puede relacionarse con su interés en el vudú). En la novela de Piglia universidad y cárcel confluyen en la figura de Thomas Monk en una operación paradójica: un individuo cuya función es ser pensador y diseñador de la sociedad intenta destruir esta misma función, la función del progreso, para producir un futuro más libre desde la cárcel.